El adiós a su recuerdo físico era extraño, más doloroso de que jamás imagino, la agonía que el dolor le provocaba le dio el valor para silenciar esa alarma constante que alteraba su memoria día a día.
Nada la consoló esa noche, ni la luna, ni las estrellas, ni el silencio fueron capaces de acallar su llanto, fue sufrir todo como la primera vez. Extermino todo rastro físico de su presencia en su entorno cual cruel y despiadado asesino, pues el sufrimiento se había extendido mas allá de lo que le habían hecho creer.
De pronto las mas bellas imágenes de ellos dos terminaron siendo una por una tan solo un puñado de papales sin ningún valor, solo fragmentos de colores , imágenes de personas de apariencia familiar que no lograba recodar.. Naturaleza muerta que un día tuvo vida, que lleno de aromas, alegría y color su habitación eran ahora tan solo un montón de hojas, pétalos y polvo, el resto, solo basura sin utilidad alguna.
Las espinas de los rosas no tardaron en reclamarle tan súbita y cruel acción, se encajaron en sus manos como queriendo hacerla recapacitar, pero nada la detendría estaba decidida, ciegamente convencida de que era lo mejor.
De pronto la habitación se volvió inmensa, las manecillas del reloj lentas, el tiempo eterno y el dolor le penetraba hasta los huesos, su olor había desaparecido y la camisa que por error dejo olvidada aquel día sirvió de escape a sus manos que llenas de furia ansiaban oprimirlo y destrozarlo. Así fue envejeciendo la noche, sin fuerza sobre su cama sollozaba aferrada a los trozos de recuerdos, con la furia convirtiéndose en desconsuelo, poco a poco el cansancio la venció y el reino de los sueños la acogió. El recuerdo físico ya no estaba pero a ella le faltaba librar aun la batalla mas importante , aquella en contra de los recuerdos intangibles que invaden su memoria, pero al igual que hoy peleara, aun con el agua al cuello saldrá victoriosa.. y lo hará aunque lo ignore.
Nada la consoló esa noche, ni la luna, ni las estrellas, ni el silencio fueron capaces de acallar su llanto, fue sufrir todo como la primera vez. Extermino todo rastro físico de su presencia en su entorno cual cruel y despiadado asesino, pues el sufrimiento se había extendido mas allá de lo que le habían hecho creer.
De pronto las mas bellas imágenes de ellos dos terminaron siendo una por una tan solo un puñado de papales sin ningún valor, solo fragmentos de colores , imágenes de personas de apariencia familiar que no lograba recodar.. Naturaleza muerta que un día tuvo vida, que lleno de aromas, alegría y color su habitación eran ahora tan solo un montón de hojas, pétalos y polvo, el resto, solo basura sin utilidad alguna.
Las espinas de los rosas no tardaron en reclamarle tan súbita y cruel acción, se encajaron en sus manos como queriendo hacerla recapacitar, pero nada la detendría estaba decidida, ciegamente convencida de que era lo mejor.
De pronto la habitación se volvió inmensa, las manecillas del reloj lentas, el tiempo eterno y el dolor le penetraba hasta los huesos, su olor había desaparecido y la camisa que por error dejo olvidada aquel día sirvió de escape a sus manos que llenas de furia ansiaban oprimirlo y destrozarlo. Así fue envejeciendo la noche, sin fuerza sobre su cama sollozaba aferrada a los trozos de recuerdos, con la furia convirtiéndose en desconsuelo, poco a poco el cansancio la venció y el reino de los sueños la acogió. El recuerdo físico ya no estaba pero a ella le faltaba librar aun la batalla mas importante , aquella en contra de los recuerdos intangibles que invaden su memoria, pero al igual que hoy peleara, aun con el agua al cuello saldrá victoriosa.. y lo hará aunque lo ignore.
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